REFLEXIÓN PARA EL HOMBRE

UNA REFLEXIÓN PARA EL HOMBRE EN LA ACTUALIDAD

La ética conocida como los principios establecidos en búsqueda del buen vivir beneficiando la propia existencia y la de aquellos que se encuentran en el entorno y la moral como los actos realizados por el hombre y que se encuentran direccionados por la reflexión filosófica hecha desde los principios que le fundamentan, son los pilares a los cuales debe acudir la humanidad para salir de la realidad tan compleja en la que se encuentra  y que esta posibilitando su extinción.

El pensamiento del ser humano en la actualidad permite llegar a tal conclusión. La lucha incesante por el poder y el dinero, por lograr avances tecno-científicos a toda costa, el consumismo y por complacer todos los deseos basados en lo pasional, sitúan la realidad por la que pasa el mundo en un lugar fuera de lo racional. ¿Es posible pensar en progreso del hombre cuando se planea invertir cien mil millones de dólares para enviar el hombre a la luna, cuando la mitad de la población vive con menos de dos dólares diarios? Están solo un ejemplo del porque es necesario replantear el pensamiento y el actuar en una sociedad donde todo parece encontrarse al revés. Para ello, resulta fundamental observar algunos elementos propios de pensadores la antigüedad y del cristianismo.

No importando la época, los conceptos éticos se relacionan con los cambios sociales y sus variaciones siempre tienen referentes comunes. En primera instancia se debe precisar que los conceptos morales se encuentran invariables por mucho tiempo y que el hombre se caracteriza por estar llamado a actuar en función del bien y de alcanzar su felicidad. Todo lo anterior se puede ver afectado dependiendo del estado determinado donde se encuentre, debido a que las respuestas morales a sus actos son establecidas por convención y no por naturaleza, ya que dependen de donde, cuando y como se practiquen. Se concluye que el hombre adaptado en un estado es convencional, mientras que el que se guía por sus propios juicios fuera de cualquier estado es natural.

En la antigüedad  se plantea que el  orden moral de los dioses direcciona el comportamiento humano, ya que recae sobre el hombre hace bien la función asignada. Pero es posible preguntar acerca de que si hacer correctamente lo  estipulado realmente es bueno y además le conlleve a estados de felicidad donde se vean afectados de igual manera quienes se encuentren a su alrededor. Se  plantea una discusión entre lo que es bueno y lo que es malo a partir de una reflexión en torno a la justicia y la verdad, en particular se establece que el que conoce sus actos obra bien y el que obra bien vive feliz, en él se identifica la sabiduría y la virtud.

Conviene entonces observar uno de los tres principios del intelectualismo moral de Aristóteles, donde se afirma que el identificar la virtud y el conocimiento se conoce como excelencia moral, lo cual es fundamento para alcanzar el éxito en la vida. Por tanto, es necesario conocer el bien para actuar de la misma forma rechazando el mal en cualquiera de sus manifestaciones. Se realiza una crítica a la enseñanza de la tecné por la virtud, puesto que no se alcanza el éxito si no se adapta a las circunstancias, se defiende la retórica por la cual se enseña la tecné como virtud y de igual manera se enseña al individuo a manejar su libertad donde es posible que opte por situaciones que le puedan alejar de su objetivo final.

Por otro lado, la ética cristiana propone alcanzar dicha felicidad a partir de la cercanía que se tenga a Dios. Este planteamiento parte de que la palabra de Dios ofrece todos los principios que necesita el hombre para obrar bien y en consecuencia vivir de una manera correcta. Dadas las circunstancias en que se vive ¿la Biblia ofrece al ser humano los elementos para que sepa cómo debe actuar en cualquier situación de su cotidianidad? Aunque no trata de manera explícita cada realidad de la persona, esta puede ser suficiente para llevar una vida cristiana a partir de las correctas adaptaciones que se le realicen. En estos casos, donde la escritura no da las instrucciones para una circunstancia en particular, es necesario encontrar el principio presente tras ella.

Como representante de este pensamiento, San Agustín plantea que  la voluntad del hombre se impone a la reflexión filosófica, invirtiendo la antropología griega y el intelectualismo moral, sus supuestos y sus corolarios. Se establece que para superar el pecado, el ser humano por medio de su voluntad conoce el bien y rechaza el mal, de lo contrario, la falta de interés por lo que es bueno le llevara a realizar todo tipo de actos pensando en que todo le es permitido pero sin tener conciencia de que para ello también existen sus consecuencias positivas o negativas.

A partir de todo lo expuesto anteriormente ¿Cómo debe actuar el hombre en una situación caracterizada por la angustia y por una crisis que le puede conllevar a la misma muerte o de sus semejantes? Un ejemplo digno de esta situación se aprecia en el video parábola del tren, donde la persona encargada del control de las vías férreas elige salvar las vidas de los ocupantes del tren a costa de la de su hijo, el dilema sobre si actuó bien o mal comienza a resolverse cuando en el transcurso del tiempo al menos una persona de las que se salvo del potencial accidente, cambió su vida e inició a dar frutos respecto a su existencia anterior, la sonrisa de este gran  hombre denota la gran felicidad de saber que el sacrificio de su más precioso tesoro cobra mayor validez en la felicidad de quienes ayudo en su momento.

En fin, el hombre en la actualidad vive numerosas situaciones donde debe tomar decisiones que afectan tanto su propio bienestar como el de los demás. El llamado ético corresponde a reflexionar sobre cada acto en su vida con el objetivo de estar atento a no ser indiferente con el dolor ajeno, obrando con libertad y en constante búsqueda de algo que muy pocos conocen y que se llama la verdadera felicidad.

BIBLIOGRAFIA

OSPINA NIETO, Yovany. Epistemología de la ética.

SÚAREZ, Fernando. Bioética y vida humana.