Las diversas problemáticas sociales se pueden
intervenir a partir de la incansable labor del proceso enseñanza-aprendizaje según
los lineamientos de la pedagogía como ciencia social. Lastimosamente la
realidad de la educación permite observar que hasta cierto punto se llega en la
búsqueda de las soluciones a dichas problemáticas, dado que al momento de
analizar el alcance de los objetivos, se puede concluir que la intervención de
las necesidades sociales se ha hecho de manera superficial, sin profundizar en
muchos aspectos relevantes y por consiguiente con resultados poco
satisfactorios.
Se hace necesario preguntarse, dónde se
encuentran los obstáculos que imposibilitan el alcance significativo de los
objetivos de la educación. Para ello, se debe dar inicio sobre la investigación
pedagógica que se realiza en pro de establecer las problemáticas sociales que
deben ser resueltas a partir de la
escuela. Se observa que los estudios de la población en diversos aspectos
arrojan que los índices de pobreza, delincuencia, prostitución, drogadicción,
conflicto armado, entre otros, son cada vez más elevados y que pueden ser el encargo social que provee
el modelo pedagógico para la búsqueda de la resolución de dichas problemáticas.
A partir de lo anterior, la investigación pedagógica
establece unos objetivos a alcanzar a partir de la reflexión profunda de la
realidad social que se vive en la actualidad, donde la inferencia de estos
objetivos tiene que ser sustento fundamental para la realización del diseño
curricular de las instituciones educativas.
Si los grandes estamentos de la educación indican las falencias a tratar
en la población según unos lineamientos curriculares, las instituciones educativas
tienen un punto de partida para la construcción del plan de estudios según unos
objetivos determinados en cada asignatura que garanticen una educación para la
vida. En este punto, la tarea llega a la escuela donde se debe reflexionar
acerca de cómo el contenido de cada asignatura tiene que ser tomado como
cultura para que el educando se apropie de ella, optimizando los objetivos adquiridos
cuando sea egresado, potenciándole como ser creativo, productivo y transformador
del contexto social en el cual se desenvuelve.
De esta manera, toma gran relevancia la labor
desempeñada por el docente a través del proceso enseñanza-aprendizaje en el
aula porque es allí donde se aprecia la relación de la escuela con la vida y el
medio social. Es aquí donde se debe colocar en práctica toda esta teoría pedagógica
para la resolución de las problemáticas desde el aula misma de clase, siendo
los principales actores los educando y profesores por medio del establecimiento
de relaciones sociales cuyo fin es el privilegio de los procesos formativos para
el crecimiento y el desarrollo personal
como preparación y transformación de las generaciones de una población.
El punto neurálgico se encuentra en cómo es
llevado a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula de clase. La esencia
del proceso va perdiendo validez a medida que las asignaturas sean orientadas
como una simple instrucción, es decir, como
la transmisión de conocimientos sin ahondar en las problemáticas que en teoría
tiene que ser tratadas. Las relaciones y las prácticas sociales pasan a un segundo
plano desde donde muy poco se puede
hacer para garantizar la resolución del problema y mucho menos
enriquecer la teoría existente a nivel pedagógico.
¿Cómo la simple instrucción afecta el proceso
si existen nuevas corrientes pedagógicas que favorecen al proceso de
enseñanza-aprendizaje? La respuesta radica en que la pedagogía tradicional aún
se encuentra presente de manera frecuente en el quehacer docente, es posible
hablar de muchos enfoques pero mientras en la mente del educador exista temor o
falta de compromiso frente al cambio, el privilegiar los proceso formativos de
los educandos será una tarea sin completar dejando de lado el esfuerzo por el
alcance de los verdaderos objetivos de la escuela contemporánea.
Por tal motivo, la obtención de los objetivos
de las asignaturas y su transversalidad a través del plan de estudio en relación
con la práctica social, será un ideal de la escuela desde la misma investigación
pedagógica muy lejano de alcanzar en la medida en que al proceso de enseñanza-aprendizaje
no se le realice una profunda catarsis que le posibilite observar de manera
clara el horizonte al cual llegar sobreponiéndose a los obstáculos del camino.
Para finalizar, se debe hacer precisión en el
hecho de que gran parte de este análisis fue direccionado hacia el quehacer
docente y las prácticas pedagógicas en el aula de clase como fundamento de una errónea
lectura e intervención delas problemáticas sociales actuales. Queda abierta la
posibilidad de examinar los obstáculos presentes
en la investigación pedagógica, los propósitos de la educación, los enfoques
pedagógicos aplicados a la escuela y, en general, los aspectos que de una
manera u otra cuestionen el carácter de la pedagogía como ciencia social.
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